Publicado en Historia en la Canción

Historia en La Canción: «Nella Fantasía».

Hace poco más de una semana, por cuestión de trabajo me tocó ir a cubrir el concierto de Mauro Calderón, un reconocido tenor mexicano que se presentó en un teatro aquí en Cd. Juárez; y entre el repertorio que interpretó esa noche, se le ocurrió contar la historia de «Nella Fantasía»; un tema hermosísimo que canta originalmente Sarah Brightman.
Yo estaba fascinada, porque a pesar de que conozco esa canción desde hace muchos años, desconocía la historia que existe detrás de esa composición de Ennio Morricone (un genio de la música y de quien ya hablaré más adelante dentro de la sección de Lunes de Compositores).
El tenor compartió antes de cantarla él, todo lo que pasó Sarah Brightman para poder grabarla; y yo estaba embobada escuchándolo, y tomando notas para luego poder compartir eso en el blog.
Esa noche, cuando regresé a mi casa, lo primero que hice fue buscar la canción; y grande fue mi sorpresa al descubrir que en el DVD de «One Night In Eden» (justo uno de los DVD´s que yo no tengo de Sarah); ella cuenta con sus propias palabras La Historia en La Canción de «Nella Fantasía»
«Edén» es uno de los discos más exquisitos de Sarah Brightman; y dentro de esta producción viene incluído este maravilloso tema que fue parte de la banda sonora de la película «La Misión»… A grandes rasgos -y para los que no entienden mucho el inglés- les comparto más o menos lo que Sarah Brightman comenta en la introducción previa que ella hace en el video de este concierto, antes de interpretar este tema.
«Mi siguiente canción fue originalmente instrumentada y compuesta por Ennio Morricone para el film: «La Misión». Hace como 3 años, yo le escribí al Sr. Morricone para preguntarle si podía darme permiso para convertir tan espectacular pieza en una canción. Pensé que él lo rechazaría… Pero dos meses después, recibí el «Sí» en una carta de respuesta en la que decía que él pensaba que sería un gran éxito al cedérmela… Y yo me siento muy complacida de que él lo haya hecho, porque pienso que es una belleza de canción»…
Que hermosa historia ¿no?, y me parece que es un tema con una letra ideal para cerrar este mes y en la víspera de las festividades navideñas…. Sarah Brightman la canta divino; y nos eriza la piel con tan sólo escuchar los primeros acordes… La verdad es que se le extraña muchísimo y pues bueno, aunque en este blog ella siempre tendrá un espacio, ojalá que el próximo año nos sorprenda con un nuevo disco.
Hasta aquí La Historia en La Canción del mes de Noviembre. Espero que les guste.
«Eden» (1998) | Sarah Brightman | «Nella Fantasia» | Track No. 10
«Nella Fantasía»
-Ennio Morricone-
Nella fantasia io vedo un mondo giusto, 
En mis fantasías, yo veo un mundo justo,
Li tutti vivono in pace e in onestà.
y todos viviendo en paz y honestidad,
Io sogno d’anime che sono sempre libere,
yo sueño con almas que siempre son libres, 
Come le nuvole che volano, 
como las nubes que vuelan
Pien’ d’umanità in fondo all’anima…
está en la humanidad y en el fondo de toda alma…

Nella fantasia io vedo un mondo chiaro, 
En mis fantasías, yo veo un mundo claro,
Li anche la notte è meno oscura,
y donde la noche no sea oscura,

Io sogno d’anime che sono sempre libere, 
yo sueño con almas que son siempre libres,
Come le nuvole che volano. 
como las nubes que vuelan…

Nella fantasia esiste un vento caldo, 
En mis fantasías, existe un viento cálido,
Che soffia sulle città, come amico. 
que sopla sobre la ciudad, como un amigo,
Io sogno d’anime che sono sempre libere, 
yo sueño con almas que son siempre libres
Come le nuvole che volano, 
como las nubes vuelan,
Pien’ d’umanità in fondo all’anima…
está en la humanidad y en el fondo de toda alma…

 

«Nella fantasia io vedo un mondo giusto, li tutti vivono in pace e in onestà»…


Publicado en Gente Que Admiro

Una Página Olvidada En El Tiempo…

Hoy es un Domingo común, pero al mismo tiempo diferente, porque justo en este día se celebra una fecha de la que no suelo hablar.
Dentro de estas Páginas Sueltas y de Colores, existen hojas que llevan muchos años guardadas y por alguna razón nunca salieron a la luz… Tal vez en el momento en que fueron escritas no tenían ninguna otra intención más que expresar lo que sentía o algo importante que pasó en un día en particular…A través del tiempo y una vez que ya un montón de hojas de papel se han acumulado encima de esa página con otras historias y otras vivencias; lo único que puede rescatarla del olvido es el recuerdo que se activa al ver una fecha en el calendario.

Por esa razón este Domingo es diferente y me ha hecho venir a plasmar algo en este cuaderno que resguarda algunas de las cosas más importantes de mi vida… Tal como si fuera un pasaporte mágico para viajar en el tiempo, de entre montones de hojas de papel, hoy he rescatado una que escribió una niña que en ese entonces tenía tan sólo 10 años.

La hoja se ve arrugada y amarilla, pero si con la magia de la imaginación pudiésemos transformar las letras que están escritas ahí en imágenes (para que se proyectaran igual como en una película); ustedes y yo veríamos la imagen de esa niña, una tarde de Febrero, cuando su padre llegó a casa después del trabajo y en cuanto entró le dijo a su hija que fuera a buscarle algo que se le había quedado olvidado en el carro.

Ella de inmediato obedeció; y salió de casa para cumplir con el encargo de su padre. Abrió la puerta del auto, y lo primero que vio en el espacio que existe siempre entre los dos asientos delanteros, fue, además del objeto que su padre le había pedido, una caja que contenía un audio cassete y que en la portada tenía la imagen de 3 chicas como en un set de fotografía; y que en la parte de arriba, con una letra muy lochochona y desenfadada se leía la palabra «Flans».

Ahí fue cuando comenzó la magia… Ella había pedido otra cosa, pero ese audio cassete, más allá de convertirse en un hermoso regalo de cumpleaños fue el boleto de acceso para que esa niña de 10 años comenzara a caminar sin darse cuenta hacia un futuro que en cierta manera ella misma ya había visualizado cuando jugaba con sus hermanos a grabar con una vieja radio grabadora lo que con mucha imaginación e ingenio eran grandes producciones radiofónicas.

Una semana después de haber encontrado ese regalo en el auto de su padre, esa niña ya se había aprendido todas y cada una de las canciones de ese cassete. A partir de ese año (1985),Ilse, Ivonney Mimi, las 3 chicas que aparecían en la portada como en un set de fotos, se convertirían en personajes tan entrañables para esa chavita, que a pesar de tener ya una marcada influencia por la música que escuchó en casa desde que tuvo uso de razón; fue apenas hasta ese año, que empezó a definir lo que en sonidos sería su propia identidad.

Las páginas que se escribieron en el diario a partir de ahí, cuentan la historia de alguien que empezó a crecer mientras pasaba los Domingos en casa de la abuela pegando sobre un álbum todos los recortes y notas de revista que coleccionaba con el paso de los días… Escribiendo un cancionero con las letras de todos y cada uno de los discos de vinil que Flans iba produciendo; atrapando en una cinta magnetofónica, cada entrevista en la radio, y cuando surgieron las videocaseteras de VHS, todas y cada uno de las veces cuando Ilse, Ivonne y Mimi aparecían en los programas de televisión.

Después de 26 años, una pared tapizada de posters; algunos cassetes y discos, un álbum repleto de recortes y fotos deesaparecieron y algunos cuantos sobrevivieron… Esa niña creció junto con ellas, siguiendo sus pasos (en especial los de Ilse); y además de empezar a escribir una novela y sus primeras notas como reportera refiriéndose e inspirada por ellas, decidió que quería estudiar Ciencias de La Comunicación.

En 1998, cuando ya estaba a punto de salir de la universidad, en su primer trabajo formal como comunicóloga dentro de una revista; en su primer día de trabajo encontró sobre el escritorio una edición que en portada tenía una foto de Ilse.

El grupo había dejado de existir ya hacía algún tiempo, pero de alguna manera siempre estuvo presente en la vida de esa chava, ya sea a través de la música o de los momentos que nunca quedaron en el olvido del todo.

Entre las hojas de diario que hay de 1985 al 2011, se quedaron atrapadas muchas anécdotas inolvidables que van de un concierto maravilloso un 13 de Diciembre con el cielo de Ciudad Juárez coloreado en tonalidades rojas, y una alfombra de nieve que subió hasta 5 pulgadas… Muchas tardes de música compartida con Lili (una amiga de toda la vida); y con el paso del tiempo, en el inmenso deseo que siempre tuvo de tener una amiga y hermana con la misma complicidad que siempre se vio reflejada entre Ilse y Mimi.

Ilse y Guillaume, con uno de sus dos hijos.
Está el recuerdo de los primeros pasos de alguien que aprendió las primeras lecciones sobre como llegar a ser un fan incondicional… De un reencuentro ya en el comienzo de un nuevo siglo durante una rueda de prensa muy divertida; siendo las Flans ya 3 mujeres casadas, (una de ellas ya con dos hijos); y la niña que creció con ellas, una profesionista.
A veces el presente no cobra valor hasta que ya se ha convertido en pasado… Las personas a veces no imaginan el eco que provoca su sonido en el alma de otras… y si después de tantos años, una página olvidada en el tiempo llegara hasta las manos de quien la inspiró; tal vez se sorprendería al descubrir todo lo que fue capaz de influir para que alguien más comenzara a trazar su camino.
Dentro de esa página amarilla estaría escrito también muchas veces un ¡Feliz Cumpleaños!para Ilse, cada 27 de Noviembre y a la distancia…
Un poco tarde, 26 años después vengo para escribir sobre todas esas páginas amarillas la palabra: «GRACIAS»… Gracias a Flans por los sonidos y toda la magia que le imprimieron a mis años de adolescencia que ya pasaron, pero se quedaron impregnados en mis sueños… Gracias, porque con ellas aprendí lo que significa ser fan, y también no puedo evitar sonreír cada vez que las escucho y las veo; y a Ilse en especial.. Ella tal vez ni cuenta se dé; pero aún así, a través de una página olvidada en el tiempo yo no quería dejar de agradecer por el pasado en el presente, por haber contribuido en cierta forma y de manera muy directa, para que yo me convirtiera en todo lo que soy hoy…
Nota: Existen muchos videos de Flans, pero cierro mi página de este día con el de «Corre, Corre», una rola del disco «Alma Gemela», porque aparte de acordarme de la emoción que me daba verlo en la tele, a muchos años de distancia, sigo pensando que refleja perfecto lo divertido que era ver a estas 3 chicas juntas, y en especial a Ilse y Mimi, que tenían una complicidad perfecta…  
Publicado en Laura Pausini

Viernes Musical con Laura Pausini… ¡Otra Vez!

Termina la semana, y con ella también casi se nos agota el mes… ¿Cómo les fue en estos días?, ¿Cómo estuvo su semana?,  y aunque todavía faltan 37 días para que termine el año, me imagino que a estas alturas del partido cada uno de ustedes ya podrá hacer un balance de todo lo que pasó en este 2011…
Pero bueno, los Viernes ya saben que son «light» en este espacio y no se trata de ponernos a filosofar. Hoy no quiero tirar mucho rollo, así que he venido únicamente para compartirles el nuevo video de Laura Pausini.
Si pasan seguido por aquí, se habrán dado cuenta que esta chava italiana de la que he sido fan desde siempre, a principios de este mes sacó una producción nueva. El disco está hermoso (lo he escuchado pocas veces; como unas 6, contando la de ayer); pero las letras de las canciones son hermosas y me da un poco de risa porque hace unos días la estaba escuchando en casa y mi mamá iba pasando por mi cuarto y me dice: Sí ya sé que el disco está muy bonito y ella canta hermoso… ¿Pero qué puedes decir tú?: eres su fan… Y pues la verdad sí, ella tiene toda la razón… Pero bueno, independientemente de todo esto, conforme avanzan las semanas y a raíz de este nuevo disco, más cosas han empezado a surgir sobre Lau: portadas, entrevistas en televisión y en varias publicaciones impresas, etc, etc… En pocas palabras, empieza a salir material de ese que a los que somos fans nos gusta atesorar.
La promoción del segundo sencillo de «Inédito» no podía pasar desapercibida y aunque en lo personal yo me imaginaba que el segundo corte de esta nueva producción iba a ser otro, me gustó mucho el video de este tema que han elegido y que se titula: «Jamás Abandoné». La letra de la canción es hermosa, tiene unas frases preciosas, y respecto a Lau, ella sale muy bonita (como siempre). Aunque el video no cuenta una historia concreta, me pareció muy original (me gustan mucho los videos que manejan sólo algunos elementos en color)… Pero bueno, creo que esto funcionará mejor si yo dejo de escribir y mejor lo ven por ustedes mismos.

Espero que hayan tenido una buena semana… Si no fue así, lo positivo es que ya se acabó, estamos en la recta final del año, en la que por cierto tendremos varios discos padrísimos y el de Pausini es uno de ellos…
Que disfruten el video y el making of… ¡Buen Fin de Semana!
Video y foto: Warner Music.

«En mi maleta sólo queda ausencia… Tu poesía me pidio volver… Marcharme ha sido toda una experiencia y ya lo sé»…
Publicado en Cartas

Carta.

Hoy amaneció gris el cielo que me cubre… En la calle no había nadie más que mis propios pensamientos y yo.

Llevaba como siempre el corazón en la mano, y desde antes de llegar a casa para tomar papel y lápiz para escribirte, tú ya sabías lo que te tenía que decir.

Mi regreso sería hasta el final del día, y como tenía tanta prisa por hablar contigo, en lugar de una hoja de papel, empecé a escribirte en una hoja virtual para no olvidar nada; mi intención era sólo platicar contigo, y era tanto lo que tenía para decirte que todas mis letras de camino a la escuela, se convirtieron en carta.

Las conversaciones entre tú y yo siempre son en silencio, y aunque sé que tú conoces a la perfección cada uno de mis pensamientos, tenía mucha necesidad de explicarte -aunque no fuera en papel- un poco más.

Todos los días, en cuanto abro los ojos y también por las noches, cuando se gastan por completo las horas; imagino que llego hasta tu casa, para sentarme frente a ti en un sofá en medio de una pequeña cabaña, y otros días sobre la arena de la playa, en plena isla desierta.

Con la magia de la imaginación, cada día me escapo hasta ahí para buscarte, y soy yo quien siempre te atropella con preguntas y cosas, mientras tú me miras y tu rostro resplandece con la cálida luz naranja de una chimenea o de un cielo recién estrenado antes del amanecer.

A veces me desesperas y me voy decepcionada, porque tú no me dices nada en lo absoluto, pero luego, en el transcurso del día, me respondes sin necesidad alguna de palabras, y a través de las cosas más sencillas que vas poniendo por el camino que atravieso.

Es entonces cuando me doy cuenta que te haces presente, aunque yo no te pueda ver.

Hasta ahora nunca me has dejado encontrar lo que tanto me hace falta; pero no te lo reprocho de ningún modo, porque a cambio pusiste en mi alma y mis manos, lo que ni siquiera yo sabía que necesitaba de manera tan urgente.

Eso lo supe cuando me diste un montón de vivencias maravillosas, que si no fuera porque CREO que EXISTES, jamás hubiera pensado que me podrían pasar a mi.

Esta carta es para agradecerte por eso; y aunque es la primera vez que no te escribo en un trozo de papel, esta es también la primera vez que me gustaría plasmar letras, no para hablar contigo de lo que tanto necesito o no entiendo, de las cosas que tanto te pregunto siempre… No, hoy no hay nada de eso, hoy no quiero pedirte nada y quisiera nada más usar esta carta, para envolverte con tinta y papel imaginarios, un regalo que ahora sea para ti.

Ojalá que pudiera sorprenderte… Yo sé que siendo Dios y teniéndolo todo, tal vez lo único que te entristece no tener y añoras desde hace ya más de 2 mil años, es la confianza y la fe de todos los humanos.

Eso es algo complicado que no está en mis manos; pero me encantaría pensar que al igual que tú lo has hecho conmigo en los días difíciles, yo pueda hacerte sonreír.

Haber… Dime algo: ¿Quién te escribe durante el día para decirte cómo te imagina?… ¿Quién te contaría una historia en la que revelara todas las veces en las que tú, a pesar de no hacerte presente como todo mundo te conoce, esa persona supo de todos modos que eras tú y estabas ahí?

Eso es lo que en esta carta hoy yo quiero escribirte… Decirte con la voz de mis pensamientos, que te he visto reflejado en el brillo luminoso de unos ojos que se iluminan cuando algo les sorprende, o una idea genial se le ocurre.

Te he visto muchas veces disfrazado de sonrisa, en el rostro de tantos bebés, ancianos y niños, y también en las personas que en mi corazón están tan cerca de mi.

Fue ya de grande, cuando aprendí a jugar contigo a tratar de adivinar: ¿de qué cosa te disfrazas cada día?; pero también te vi hace muchísimos años en la absoluta belleza y el dolor implícito de un nuevo ser que llegó a este mundo (y a mi me tocó estar ahí).
Te reconocí también en la inmensidad del cielo y la grandeza de una montaña, a través de la cual me enseñaste a no olvidar lo frágil y pequeña que puedo llegar a ser.

…Ahora mismo, cuando te imagino leyendo esta carta; estoy segura que te gustaría preguntarme: ¿si recuerdo la primera vez que te vi?… ¡Por supuesto que me acuerdo!… Fue para una víspera de Navidad y fue a través de una estrella, que en aquel entonces yo supuse era la nariz roja de «Rodolfo El Reno»... Tuvieron que pasar muchos años (para que siendo ya una persona adulta); yo pudiera entender que eras tú.

Desde entonces has estado ahí; invitándome cada día a jugar contigo a adivinar donde te encuentras; y todas las veces en que por algo me enojo contigo, -tal como lo hace un buen amigo- siempre me has venido a buscar.

Siempre es hermoso reencontrarse contigo… Y yo me acuerdo perfecto de todas las veces que eso ha sucedido contigo y conmigo… Una fue en una noche de invierno, manejando yo de regreso hacia mi casa. Adentro del auto, de pronto tuve muchas ganas de hablar contigo; y esa noche fue mágica… Pero tiempo atrás ya te había sentido muy cerca, en alguna ocasión cuando estaba durmiendo; y en ese entonces faltaban pocos días para recibir el sacramento de La Confirmación.

Desde entonces has estado ahí… En todo lo que tengo y lo que no tengo… Me conoces a la perfección por dentro y por fuera; sabes cuales son las cosas que me duelen, o de que forma fallo cuando salen a la luz mis peores defectos… Sabes que hay veces que yo no puedo con eso; pero también conoces la simplicidad que hay detrás de todo lo que me puede hacer feliz y sonreír.

Esta mañana, en un principio mi idea era contarte sobre lo mucho que me duele a veces no poder resolver en mi vida muchas cosas… Lo que me afecta extrañar tanto y sobre todo mi miedo a perder algo muy valioso que hace más de 4 años tú pusiste en mi camino; pero bastó con que echara un vistazo a mi alrededor para darme cuenta que siempre pesa mucho más todo lo bueno que a diario me das.

Yo no sé que pase más adelante y si seré lo suficientemente fuerte para afrontar lo que a través del libre albedrío que me has dado, tenga que vivir como consecuencia de mis actos y decisiones tan humanas. Tú sabes mejor que nadie que no soy ni seré nunca una mala persona; porque conoces con la misma profundidad que conoces el mar y el cielo, todo lo que hay adentro de mi corazón.

Hace ya un buen tiempo que dejé de pedirte cosas; porque entendí que la vida y el destino, nos diste la capacidad para escribirlo cada uno de nosotros mismos… Eso yo no quiero olvidarlo, ni dejar de tenerlo presente cada día desde que abra los ojos; pero al mismo tiempo necesito siempre que no dejes de jugar conmigo a descubrirte en cada cosa, que te sigas disfrazando en lo más simple y sencillo, para que sin importar que yo tenga un espíritu tan frágil; pase lo que pase nunca me olvide de que a pesar de los tropiezos tú vas a estar ahí…

Gracias por dejarme escribirte esta carta y por las cosas que pasan cada día. Gracias también por dejarme vivir en este tiempo y adentro de este disfraz que diseñaste hace ya tantos años adentro de mi madre, especialmente para mi.

Gracias porque todo aquello de lo que carezco, me lleva a darme cuenta de lo frágil que soy como ser humano y eso me acerca a ti.

Publicado en Bitácora de Viaje

Bitácora de Viaje: De Encuentros y Abrazos en Bellas Artes.

Después de salir del Estadio Azul, la mañana de Domingo ya casi se había agotado y a partir de ahí comenzaba ya mi tiempo libre en la capital del país. No tenía una idea muy definida de lo que iba a hacer con tantos días, pero sí tenía en mente un montón de lugares a donde quería ir… Esa, era mi cuarta visita al D.F.pero apenas la primera en que llegar a cualquier lugar iba a depender única y exclusivamente de mi.Siempre me han gustado mucho las cosas que salen espontáneas, así que una vez que terminó el evento del Dalai Lama lo primero que hice fue buscar un lugar cercano para comer… Como el rumbo de la ciudad en donde me encontraba no era conocido para mi, no quise perder tiempo buscando un lugar donde vendieran algo que se me antojara y que no fuera una comida de las que acostumbro; y en ese sentido los «Tacos de Longaniza»era una de las cosas que por recomendación tenía pendiente de probar desde la última vez que estuve en la capital del país.Pero esa tarde mi hambre era demasiada (recordemos que cuando salí del hotel fue todavía de madrugada y lo único que «mi panza» tenía adentro era un yogurt y un par de barritas de fresa); así que a esas alturas del partido yo podía devorarme cualquier cosa que corriera, volara o se arrastrara… Bueno, eso era un chiste, y después de caminar varias cuadras lo primero que encontré fue un Burger King.

No quería perder ya más tiempo y decidí comer ahí para poder irme lo más rápido posible y aprovechar al máximo lo que quedaba del día. Estoy acostumbrada a comer sola durante los días normales de trabajo; pero creo que en ese lapso fue el único momento del día en que me sentí extraña y ajena a todo. Se me hacía muy curioso estar un fin de semana tan lejos de casa y mientras estaba en la mesa del restaurant, muy cerca de un ventanal muy grande, podía observar a las familias de las otras mesas y a la gente que pasaba por la calle en un Domingo que era gris, pero por instantes también se volvía soleado… Supongo yo, que el alma de las personas es en cierta forma muy parecido a eso… Y la mía no era la excepción.

No estuve mucho tiempo ahí, y después de comer decidí que mi única escala sería en un cibercafé, para luego irme a vagar sin tener en mente un lugar fijo a donde ir… Como por esos días, mi prioridad era después de tanto tiempo escucharme a mi misma y todo lo que mi voz interna tenía para decir; dejé que fuera mi propia intuición la que me dictara lo que sería mejor hacer en esta tarde, y la opción fue: caminar, caminar y caminar hasta que la noche me alcanzara; para de este modo, dar oportunidad a que la vida en las calles fuera lo que me sorprendiera.
Vi muchas cosas en esa tarde, un teatro, restaurantes de todos los giros y tipo de comida que se puedan imaginar; todos estaban repletos de familias compartiendo la comida dominical. En el camino me encontré con muchos chavos jóvenes caminando con sus perros (eso me hacía extrañar mucho a mis cachorros), y pensar que tal vez «Poncho» sería muy feliz conmigo recorriendo juntos el D.F…


Por esa zona de la ciudad ya no se veían tantas bicicletas como en el Centro Histórico; pero comenzó a llamarme la atención la idea de recorrer alguna parte de la ciudad a bordo del Metrobus… Pero no, una vez más la intuición me dijo que aún no era tiempo… Era todavía demasiado temprano para volver a la zona segura (siguiendo la recomendación del taxista que encontré cuando recién llegué el primer día); y fue bueno hacerle caso a esa corazonada, porque si no hubiera disfrutado tanto de una de las cosas más padres que me tocó ver.
No sé decir bien a ciencia cierta en que rumbo de la ciudad estaba… Nada más se que saliendo del estadio me fui caminando en línea recta y me fui metiendo entre calles por una zona que de pronto me recordó las calles contiguas a donde se encuentra el edificio de correo de Salto, Uruguay.
Medio me perdí… O más bien, me perdí completamente, porque para orientarme yo usé como punto de referencia el recorrido que seguía el Metrobus que iba a parar a la zona centro; y un anuncio donde había una imagen de «Benito Bodoque» el personaje de Don Gato; pero de repente ya no supe ni donde estaba y como dicen que «preguntando se llega a Roma», yo pregunté y fue cuando me di cuenta que estaba muy lejos del camino que debía seguir para regresar antes de que oscureciera a la parte de la ciudad que yo sí conocía ya más o menos bien.
Yo sabía que estaba lejos, pero nunca me imaginé que tanto… Subí y bajé por un puente que atravesaba el periférico; y en una de esas calles me encontré con una de las cosas más padres que me ha tocado ver… En una pared, había poesía, y en las calles contiguas, en los postes y en las bardas, había más escritos, impresos en papel tipo revolución (como los que usaban antes para publicitar las corridas de toros y los eventos en pleno siglo XIX) y me encantó ver eso…
Las de los posters de papel eran las más padres, algunas de ellas eran como poemas muy cortitos y había una en especial que hablaba sobre los besos… Ahora me doy de topes por no haberla anotado; pero supongo que se hacia tarde y había que seguir.
Durante todo el tiempo que permanecí en el D.F. la ciudad me pareció muy segura, demasiada vigilancia en todos lados, mucha gente o no sé si era también que yo venía de una ciudad donde los últimos dos años, las calles de pronto se quedaron vacías, dejando a la ciudad como una especie de «Pueblo Fantasma», debido a la ola de violencia que trajo como consecuencia que muchos negocios quebraran y los pocos que quedaron, emigraran hacia El Paso, Tx.
El caso es que por mi trabajo y por muchas otras circunstancias, yo desde siempre he estado acostumbrada a andar sola por las calles hasta tarde, y en esos 3 días que llevaba apenas en la ciudad de México nunca me pasó nada; pero obvio, no me exponía tampoco.
Esa tarde, cuando ya el día estaba bastante avanzado, pero todavía faltaba un ratito para que oscureciera, decidí regresar porque tenía que buscar la manera de realizar una llamada de larga distancia. En el metro, a pesar de que un día antes le había dicho a Dora (la chica de Faenza) que todavía no me arriesgaba a lanzarme sola, desde aquella vez que se me ocurrió irme desde la estación de Indios Verdes para llegar al aeropuerto con una maleta enorme a plena hora pico de la mañana, nunca más me quedaron ganas de volverme a subir…  Pero aún así resonaba en mi cabeza el consejo que ella me había dado: «arriésgate y vete en el metro, nada más es que le agarres la onda»…
Pero bueno, por mucho que quisiera ser osada y aventurera, en 20 cuadras a la redonda no encontré ninguna de las famosas entradas con escalones subterráneos que van a dar a los túneles por donde transita el metro… Caminando lo más rápido posible y ya muy cerca de donde estaba el periférico, llegué hasta donde había una estación del Metrobus y ahí compré una tarjeta que no pude ni siquiera ponerle una recarga, porque la máquina se tragó mis monedas y un billete de veinte pesos…
Ya no quería perder tiempo y decidí bajarme de nuevo, para buscar una avenida donde pudiera pasar un taxi; pero debajo del puente había un montón de «chavos banda»; y aunque enseguida del puente había como una especie de plazita que albergaba varios negocios de distintos giros y todavía se veía gente por esos rumbos, los chavos si se veían medio malandrines y yo a fuerza tenía que pasar por ahí para poder llegar a la avenida, no había otra salida…
Ese fue el único momento en que sentí miedo… Porque ellos eran muchos y yo traía todas mis cosas, mi grabadora, la cámara, dinero para la comida y los taxis y pensaba… Si me asaltan, ya vali… Siempre he tenido ese defecto, nunca salgo a la calle pensando en que algo pueda pasarme, aún viniendo de Juárez, creo que aún confío demasiado en la gente; y ellos me dieron miedo, porque es muy característico el aroma del ambiente cuando hay drogas (eso lo aprendí en los conciertos de rock); pero como no me quedaba de otra, pasé lo más rápido posible y casi, casi me colgué del primer taxi que se me atravesó.
Llegué al hotel yo creo que cerca de las 6 de la tarde, dejé todas mis cosas y me regresé caminando a la zona centro en busca de una caseta telefónica (pues yo recordaba haber visto alguna por ahí durante la última vez que estuve en México); y no obstante que todavía había mucha gente en las calles y sobre la Alameda Central se veían también muchos comerciantes con sus mercancías sobre la banqueta; la mayoría de los negocios ya más establecidos ya habían cerrado sus puertas.
Nunca encontré ninguna caseta; y después de caminar por otro buen rato, decidí mejor ir a comprar una tarjeta para llamadas de larga distancia y todavía se me fue otro buen rato buscando un teléfono público que si sirviera. Cuando lo encontré, tampoco tuve suerte, y me fui toda aguitadilla a sentarme para descansar un rato en uno de los bordes de las jardineras de Bellas Artes.
Ahí me quedé por un buen rato… Al final del día, siempre, siempre mis pasos me llevaban hasta ese punto; y mientras yo disimulé mi tristeza viendo a un  muchacho que estaba justo enfrente de mi y tomaba fotos con una cámara profesional a la fachada de ese histórico edificio y luego anotaba en una libreta (supongo yo que la velocidad y la apertura, conforme a la hora y la iluminación del sol); el cielo parecía no tener ganas de «autoengañarse»y por momentos eclipsaba el cielo con nubes grises y gotitas intermitentes y frías…
Si eso pasaba, de manera irremediable yo tendría que irme; puesto que lo de menos era mojarme yo, pero traía conmigo la cámara de fotos todavía… Me quedé viendo la pantalla vacía del celular después de un último mensaje; para luego tomar la decisión de que esa noche me iría temprano a dormir.
En eso estaba, cuando de pronto y muy cerca de la entrada principal de Bellas Artes, me llamó la atención ver a un grupo de chicos y chicas repartiendo abrazos a toda la gente que se dejara y pasaba por ese rumbo a esa hora de la tarde.
Al ver sus carteles pintados con la leyenda de «Se Regalan Abrazos»; no pude ya quitarles la vista de encima porque a pesar de que yo sabía que existía esa campaña, nunca en ninguna otra parte me había tocado verlos en acción.
Uno de ellos me hizo reír mucho, porque ese Domingo, en el interior de Bellas Artes había un evento (no sé si era ópera); pero el caso es que se trataba de un evento «muy nice» porque afuera estaban también un grupo de hombres con la típica apariencia de un guarura (vestidos de traje oscuro y con un audifono que era visible entre sus ropas, y que me imagino servía para comunicarse entre ellos). Lo que hizo que me diera risa, fue que uno de los chavos que regalaban abrazos, se le acercó y le dijo a uno de los «guarros» que si lo podía abrazar, y el tipo le dijo que no, pero al muchacho le valió grillo, (y como digo yo), tomó la decisión ejecutiva de no hacerle caso y de todos modos lo abrazó.
Me dio mucha risa, por la cara que hizo el tipo mientras el muchacho lo estaba abrazando, y porque se veía que no sabía que hacer… En el otro extremo, estaban otras dos chavas también repartiendo abrazos; y estaba yo tan embobada viéndolos y tomándoles fotos desde lejos, que de pronto se empezaron a alejar en dirección hacia la Alameda Central y aunque yo estaba muy cansada y los pies me hacían como teléfono ocupado, en cuanto vi que estaban a punto de irse, se me olvidó todo y salí corriendo detrás de ellos porque de pronto sentí el impulso de hablar con ellos.
Yo misma me di risa, porque creo que en ese instante caí en la cuenta de que jamás en mi vida había corrido para alcanzar a alguien… Empecé otra vez con las fotos; hasta que uno de ellos me descubrió y como a un metro de distancia le dije que si podía tomarle una foto con su letrero.
El muchacho no me dijo nada, tan sólo se quedó de pie, pero con su cara me dijo todo; me dio mucha risa porque me sonrió y me extendió los brazos, dándome a entender que se dejaría tomar la foto sólo si le daba primero un abrazo… y buenoooo…como yo tenía que documentar lo mejor posible mi Bitácora de Viaje, el trato me pareció bastante justo: Una foto por un abrazo.
Me quedé un buen rato con ellos y luego de un rato me puse a platicar con las chavas con toda la intención de hacer una «mini-entrevistita»… Las dos chicas me contaron que no pertenecían a ninguna iglesia ni tampoco a ninguna asociación civil o club por el estilo; era simplemente que todos ellos eran amigos y decidieron empezar a regalar abrazos como una manera de contrarrestar la violencia.
La verdad para mi si fue muy reconfortante encontrarme con ellos, porque aparecieron justo cuando lo necesitaba… Siempre he creído en las señales; y para mi todos esos días también fueron muy propicios para hablar a solas con Dios durante la mayor parte del día.
El abrazo que recibí por parte de ellos, lo tomo como una especie de «regalo divino» que llegó justo cuando al igual que el cielo de esa ciudad, yo me estaba «eclipsando por dentro»... Los ángeles terrenales muchas veces ni siquiera se dan cuenta que tienen alas… Me quedé pensando mucho en eso y en lo mágico que son los encuentros en ese punto donde de forma irremediable, cada vez que he estado en el D.F y siempre al final del día, termino por llegar.
Una idea sobre todo eso me empezó a dar vueltas en el corazón y en la cabeza… Aún no está aterrizada en papel, pero si sale algo bueno de eso; lo más seguro es que «Las Páginas Sueltas y de Colores» se revestirán con una historia que hable de encuentros y desencuentros… Del destino, las señales y también de el papel que los ángeles sin alas, de los que la mayoría de las veces se vale Dios para demostrarte que no te abandona aunque por momentos, tú pienses lo contrario…
El día ya estaba por terminarse, la lluvia parecía que le regaló a la última parte del Domingo una tregua y con ese parchecito en el alma mi tristeza, al igual que mi cansancio se evaporó y con la fuerza de un abrazo muy especial que me tocó dar hace casi 4 años y me hizo sentir que pude ayudarle a alguien; me perdí de nuevo entre calles para seguir atrapando historias… Pero bueno, luego regreso para terminar de contarles…
«Todos somos ángeles con una sola ala… Debemos abrazarnos si queremos volar»…
-Anónimo-