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El Nostálgico Encanto de Las Libretas Moleskine.

¡Hola!, ¡Buen Lunes a todos!…

Hacía ya un buen rato que no investigaba algo «curiosito» para presentarles en el blog, y en este inicio de semana, se me ocurrió por fin trabajar en algo y voy a tratar como siempre, de contarles una historia relacionada con algo interesante, pero antes de entrar de lleno a eso, se me ocurre esta vez hacer algo diferente, y por eso les propongo que hagamos todos juntos un ejércicio padre de imaginación… ¿Les late?

Si siguen leyendo, eso significa que dijeron: «Sí», y como no puedo pedirles que cierren los ojos (porque entonces no podrían seguir leyendo), entonces, lo que les pediré que hagan, es que mientras van recorriendo estas líneas que yo voy escribiendo, traten de imaginar cada cosa que describiré aquí: ¿Sale?Ok… Para empezar, imagínense que hoy, (encima de un escritorio cualquiera) tenemos reunidas varias libretas con la pasta de color oscuro y de un tamaño no muy grande. Todas tienen una pequeña banda elástica que contiene por completo el total de las hojas: y a simple vista parecerían simples cuadernillos de notas, pero si les pido que comiencen a abrirlos para averiguar ¿de qué se trata?, en uno encontrarían líneas horizontales simulando un pentagrama lleno de notas musicales, en otro, algunas frases sueltas que tal vez a una primera lectura no tengan sentido: en la de enseguida, les sorprendería encontrar algunos dibujos muy burdos pintados con acuarela (tal como si hubieran sido elaborados por un niño); y en la última libreta, descubrirían tal vez fragmentos de una carta (con una letra no muy legible), acompañada de algún dibujo extraño bocetado. 

Estoy segura que todo esto les parecería curioso, o tal vez a simple vista no les diría nada… Pero antes de revelarles lo que hay detrás de cada una de esas libretas tan personales, existe una historia que es el inicio de todo esto, y me gustaría contarles también, por eso el post de hoy se trata acerca de:

El Nostálgico Encanto de Las Libretas Moleskine.

La historia de estas libretas es tan legendaria y está tan llena de mitos y verdades, que por lo mismo; ya no se sabe donde queda la delgada línea que delimita lo que es historia de lo que es ficción… Algunos dicen que Las Moleskines existieron mucho antes de que se convirtieran en un símbolo de identidad para muchos intelectuales y artistas; ya que su origen se remonta a un siglo atrás en el tiempo, donde se dice que en Francia, existió un pequeño taller que fabricaba estos famosos cuadernillos, (que se llaman de esa manera, porque así se le conoce a la tela con la que están forradas las pastas); y una vez elaborados, los distribuía entre las papelerías de París, a las que acudían los artistas y escritores internacionales de vanguardia.

La verdad sería muy difícil definir: ¿quién fabricó?, y peor aún, ¿quién usó la primera libreta Moleskine?Así que para no meternos en rollos, ¿por qué mejor no nos vamos directamente a conocer quién está detrás de cada una de las libretas que les mencionaba al principio?¡venga de ahí!

Vincent Van Gogh.

Notas y bocetos de puño y letra de Van Gogh.

De este famoso pintor se conservan en el museo de Amsterdam, siete de estos cuadernillos. En la época en que él los usaba, las libretas Moleskine todavía no eran conocidas como tales, pero como una de esas libretas utilizadas por Van Gogh (y que se conservan todavía en ese museo), tienen una banda elástica alrededor y fue fabricada con características muy similares; por eso se dice que es una Moleskine; pero no se sabe si fue hecha por otro fabricante o si el artista la compró en otra papelería, pues como les decía en un inicio, en esos tiempos; este tipo de libretas era muy común que se comercializaran en toda Europa, pero no eran una marca exclusiva; se le llamaba así a cualquier tipo de libreta de ese tipo, por los materiales con los que estaban hechas.

Moleskine de Van Gogh conservada en el Museo del pintor en Amsterdam.

Pablo Picasso.
Estas dos páginas contienen las líneas de un extracto composición y la impresión de una flor collage de Picasso.

Este artista utilizó las hojas de su Moleskine para plasmar con colores y líneas todas las imágenes que tenía en su cabeza y que llegaban a formar parte de sus cuadros. Existe una anécdota muy padre que cuenta que en alguna ocasión un grupo de amigos españoles fue a visitar a Picasso, y que luego de que vieron sus cuadros, el pintor los invitó a comer a un restaurante. Todos aceptaron, y ya una vez ahí, durante la sobremesa, Picasso se entretuvo dibujando en su libreta y al marcharse pidió la cuenta, pero el mesero, luego de consultarlo con su jefe, al llevarle la nota al artista, le dijo que para él había sido todo un honor servirlo y que la cuenta corría por parte de la casa. Picasso no aceptó e insistió en pagarle; y entonces el mesero, al ver que no iba a aceptar la cortesía, le propuso que le diera entonces como pago los dibujos que había estado realizando en esa tarde en su Moleskine.

Cuaderno No. 40 de Cahier, apróximadamente 1906-1907.

«Usted traígame la cuenta», le contestó el pintor, seguro de que los dibujos que había garabateado durante su estadía en ese lugar, era obvio que valían mucho más del total de la cuenta por el banquete con sus amigos; y los dibujos finalmente se los quedó el artista… ¿qué grande no?

Cuaderno No. 53 de Pablo Picasso, Junio-Septiembre, 1912.

Ernest Hemingway


En el primer ensayo de su libro «París era una Fiesta», este escritor cuenta la historia de un cuaderno que lleva en uno de los bolsillos interiores de su saco, pero no está muy claro si es una Moleskine, ya que no ofrece una descripción detallada de la misma, pero en ese ensayo, en la parte donde se refiere a que llega a tomar un café en la Plaza Saint-Michel, es la base que la empresa Mode&Mode (actual fabricante de estas libretas), se basa, para decir que si se trataba de una Moleskine.

Escritorio de Ernest Hemingway en su casa de Key West, Florida.


Bruce Chatwin


Este escritor y viajero fue quizá quien más fama le dio a estas libretas. Él las utilizó durante sus múltiples viajes para dejar constancia de sus aventuras. Dicen que Chatwin las compraba en una pequeña librería de París donde las fabricaban a mano, pero en 1986 el fabricante que elaboraba las Moleskine, murió y por ende quedó cerrado el taller familiar. (eso sin contar que el dueño de esa fábrica se llevó a la tumba el secreto); así que para mediados de esa década, conseguir una Moleskine era cada vez una hazaña más difícil.


En su libro; «Los Trazos de la canción», este hombre cuenta también la historia de un pequeño cuaderno negro, y siendo aún todavía más visionario, Chatwin visitó a la dueña de la papelería en Rue de l’ Ancienne Comédie, donde acostumbraba comprarlos y se llevó todas las que pudo comprar.

Gracias a eso, en 1987 un pequeño impresor en Milán, Italia, recuperó la tradición de elaborarlos y los renovó sin perder la extraordinaria tradición que los caracterizaba. Por eso se dice que las Moleskine que existen en la actualidad están basadas en las descripciones del propio Chatwin.

Así se ve una Moleskine nueva y cuando ya ha sido usada.


Paul Bowles


Este viajero, escritor y compositor es la encarnación perfecta de algunos de los mitos más difundidos del Siglo XX.
Una de las películas del famoso director Bernardo Bertolucci, está basada en una de las novelas de Bowles. Pero antes de que comencemos a divagar entre estas historias, Paul Bowles utilizaba su libreta Moleskine para realizar anotaciones relacionadas con sus composiciones y dibujaba pequeños pentagramas, tal como se aprecia en esta última fotografía de una Moleskine que se encuentra en la biblioteca de la Universidad de Delware, en el Departamento de Colecciones Especiales.

Estas son sólo algunas de las libretas más famosas, pero existen  muchas otras, ya que las Moleskine, más allá de ser un objeto que se convirtió en un ícono para artistas e intelectuales es todo un estilo de vida.

En la actualidad quien elabora estas libretitas tan padres es la empresa italiana Mode&Mode y hay de todos los estilos inimaginables: pasta dura, pasta flexible, con bolsita, de colección, ediciones especiales -como una que se hizo para el aniversario No. 30 del famoso videojuego PAC-MAN-, una línea dedicada por completo a Tim Burton, pero eso como que ya es otro boleto y para mi sería parte de la historia contemporánea de las nuevas generaciones de Moleskine.


La clásica, clásica es la libretita negra de pasta dura, de papel padrísimo, que por lo regular las usan los periodistas y escritores; pero la empresa se ha diversificado tanto que Moleskine elabora además de los cuadernillos para todo tipo de uso; y según las necesidades de cada persona, libritos que sirven como guía de vinos, de sitios turísticos, y todo lo que se les pueda ocurrir e imaginar…

Lo chido de estas libretas es el tipo de papel, y que están como empastadas de una manera que no se rompen las hojas, por eso son ideales para los viajeros, para la gente que escribe (así como nosotros); y una vez que usas una, te enamoras (hace tiempo a mi me regalaron una libreta de ese tipo que usé como diario hace más de 5 años, y en la actualidad a mi ya no me pertenece, es como si me hubiera desprendido de una parte de mi historia, para convertirla en una prueba material de confianza eterna, hacía quien la tiene)…


Pero volviendo al tema, a mi lo que me fascina de estas libretas es todas las historias que te pueden contar, con sólo hojearlas, creo que si lo analizamos de algún modo, las Moleskine te regalan la posibilidad de atrapar pedacitos de lugares, memorias y momentos… A mi en lo personal me llaman mucho la atención las de aquellas personas que les pegan cosas dentro o las utilizan como bitácora de viaje; porque eso, independientemente de a quien pertenezca la libreta, queda para siempre, permanece en el tiempo y debe ser fascinante descubrir las imágenes y las anécdotas que ahí se cuentan… ¿Se imaginan por ejemplo lo que sería ver la libreta Moleskine de Van Gogh, o descubrir alguna carta inédita de Ernest Hemingway?… Me emociono nada más de pensar en el infinito mundo de posiblidades que las Moleskine antiguas podrían abrir ante nuestros ojos.

Algunas imágenes padres del arte Moleskine, está última me encanta porque se parece a alguien que ustedes y yo conocemos ¿no les parece?
En la actualidad, mucha gente usa las libretas Moleskine, hay quienes crean verdaderas obras de arte adentro de sus hojas, y hay también exposiciones itinerantes en museos de Nueva York, Tokio y Europa en las que se exhiben además de algunos de los cuadernillos como los que mencionamos al principio; los bocetos de arquitectos, o simples diseños de gente que ha hecho de esta herramienta de papel y pasta gruesa todo un estilo de vida.
Otro post aparte merecería la aparición de las Moleskine en el cine, donde a lo largo de los años las hemos visto aparecer en películas como: Indiana Jones, Diarios de Motocicleta, Danza con Lobos y Siete Años en El  Tibet (esta última me tiene fascinada)… Me pregunto también si El Diario de Bridget Jones podría haber sido escrito en una Moleskine.
Yo me emociono cuando pienso en estas libretas, creo que el único defecto que les veo es que contienen muy poquitas hojas (y eso para mi resulta insuficiente, dada la frecuencia con la que escribo), pero si me gustaría volver a tener una para escribir ahí un cuento, e involucrándolos a ustedes un poco más en todo esto ¿se imaginan si cada uno de nosotros tuviera un cuaderno -no precisamente una Moleskine- para anotar y pegar ahí todo lo que es importante? ¿Ustedes que escribirían ahí? ¿con qué cosas llenarían las páginas?.
Me imagino por ejemplo en la calle a todas las personas con una libreta bajo el brazo, donde anotaran a diario lo más valioso del día, lo más sorprendente que vieron, una anécdota padre que vivieron y así por el estilo poco a poco se iría conformando el libro de su vida; las hojas estarían llenas de imágenes, quizá de objetos o trozos de algo y todo en conjunto conformaría la existencia de una persona, para luego contarse en el tiempo…
Para terminar este primer post de la semana sobre el nostálgico encanto de las libretas Moleskine y con ese mismo objetivo de hacer algo distinto cuando inicié el post, me encantaría pedirles que hoy, justo en este segundo Lunes del 2011, fuera cada uno de ustedes, quienes me ayuden a colorear con sus pinceles estás nuevas Páginas Sueltas y de Colores…

Antes de despedirme les pido que centren su atención en las dos últimas imágenes de libretas Moleskine que ilustran la parte final de este post… ¿cuál se imaginan que podría ser la historia de cada una de ellas?… ¿Sería en presente o en pasado?…

Una de ellas está en la calle…  ¿Cuál podría ser la razón real por la que terminó ahí?… Como ven, sigue siendo básico en este espacio soñar e imaginar historias, así que si quieren soñar y alucinar un poco; aquí hay siempre un boleto disponible para quien quiera compartir eso y quiera quedarse a jugar….
Por lo pronto, gracias por acompañarme en este viaje imaginario y buen inicio de semana… Yo me voy, pues me han dado unas ganas locas de aislarme un ratito para empezar a escribir….

Autor:

...Mucha gente dice que soy seria, pero los que me conocen saben que no lo soy tanto, creo que más bien soy una mujer que habla poco y se dedica simplemente a escuchar y observar a los demás.

16 comentarios sobre “El Nostálgico Encanto de Las Libretas Moleskine.

  1. Me ha gustado mucho tu escrito sobre las moleskine.
    Las famosas libretas las conocí por mi novio, que le encantan. Además escribe y en ella toma todo tipo de notas para su novela.
    Me regaló una por mi cumpleaños con un juego de pluma y bolígrafo-… Pero hasta ahora solo la he utilizado a modo de diario.
    Un saludo y gracias.

  2. ¿Qué puedo decir? Me encantan las moleskine. Por un tiempo busqué fotos de ellas, grupos en flickr de dibujos… en fin, debe ser que soy muy cotilla 🙂 y me gusta ver lo que otros hacen en ellas… yo me quedo en blanco cuando tengo una delante. Una vez intenté con una agenda, y no salió tan mal, aunque para diario prefiero los cuadernos a cuadros.

  3. Hola Martuchis:

    Yo también soy adicta a los cuadernos Moleskine.
    Lo que empezó con un cuaderno de reportero pequeño se ha convertido en una cuasi-religión 😀 En este momento tengo ya unos 15 en mi poder.

    Son prácticos, elegantes y el papel es de una calidad excelente.
    Una de las cosas que más me gustan es el bolsillo trasero, ideal para guardar recortes, tarjetas de visita, postales, fotos, etc.

    Un abrazo.

  4. Yo hoy compre la mía jajajaja y debo confesar que me da susto iniciar algo… es como eso tan preciado y tan icónico que debe tener un comienzo digno jajajaja bueno por ahora esta en blanco, aunque ya le tengo lápiz y boligrafo. Y ya con una amaiga emepzaremos a llenarla de cosas, algo asi como un siario de viaje en mi cotidianidad ajaja. Excelente texto, y creo q pasaré más segudi por aca, cuidate!

  5. Compré una hace muchísimos años (creo que 30) en un viaje a Europa, mi intuición hizo que me llamara la atención, yo no las conocía.
    Mucho después me enteré de que grandes artistas las usaban, entonces llegué a la conclusión de que eran algo «bueno», hace unos dias la encontré y como nunca la usé, hoy se la voy a regalar a mi hijo Javier que es diseñador y suele gustar de estas cosas.
    Este ejemplar es como un acordeón de papel grueso para guardar tarjetas.
    Es un pequeño objeto sencillo de calidad y muy bien hecho.
    Y me permitió compartir esta anécdota con Uds.

  6. QUE INFINITO HE INTERESANTE TU HISTORIA DE LAS MOLESKINE , REALMENTE SON LIBRETAS MARAVILLOZAS, YO NO TENGO UNA MOLESKINE PERO SI MUCHOS CUADERNOS DONDE VOY PLASMANDO TODO LO QUE ME INTERESA DE LA VIDA , UN SALUDO DESDE CHILE.

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